La ópera italiana había llegado a Barcelona en 1708 gracias a la Corte constituida residencia del Archiduque Carlos de Habsburgo en la ciudad, y para celebrar sus nupcias. En 1711, al morir su hermano y como consecuencia de heredar el trono del Imperio Sacro Romano Germánico, es obligado a marcharse a Viena, donde llevará consigo gran parte de la corte y reinará como Carlos VI. Durante la guerra de sucesión (1714) el Teatro de la Santa Creu (en aquel momento, el Teatro de Comedias, ahora Teatro Principal de Barcelona) permaneció sin actividad artística siendo empleado como depósito militar; hecho que dañaría mucho el edificio.
A través del Decreto de Nueva Planta de 1716, Felipe V de Borbón adjudica la gestión de las representaciones del teatro a jurisdicción militar, a pesar de seguir perteneciendo al Hospital de la Santa Creu. Entonces, empiezan las obras para la reparación del teatro a cargo de la Capitanía General. La reforma fue importante y no se limitó a la arquitectura, alcanzando aspectos administrativos.
En 1720, el último brote de Peste negra surgido en Marsella amenazó con llegar y propagarse por la Península, por lo que para evitar aglomeraciones y contagios, quedaron suspendidas las representaciones teatrales, corridas de toros y otras actividades públicas.
En 1723, los Administradores recurren a la Capitanía General para pedir la reapertura del Teatro trasladándose la petición al Marqués de Miraval. En 1724, se retoman esporádicamente las representaciones teatrales y entre 1728 y 1729, importantes obras de reforma son finalmente llevadas a cabo en el. El teatro de la Santa Creu se amplía gracias a la adquisición de unas casas colindantes y el techo es reparado.
En 1731, el príncipe y futuro rey Carlos III de Borbón, visita Barcelona, pero el Ayuntamiento considerando el teatro un lugar impropio para acoger a su majestad, escogió el Salón Grande de Palacio como lugar para la representación de la Zarzuela Adonis y Venus.
En 1746, volvemos a encontrar noticias de actividad teatral. En concreto, de la representación de la Zarzuela dedicada a la mujer del Capitán General Una vez de Amor la Paz. El teatro pasó pues a ser un espacio para celebrar fiestas oficiales hasta el mes de julio, cuando muere Felipe V y los teatros, en señal de luto, tendrán que permanecer cerrados.


Teatre Principal (Barcelona, 1915)